Hoy en día tenemos una vida muy agitada, llevamos muchas cosas por delante, tantas, que ni siquiera tenemos tiempo de pararnos y pensar en nosotros, aunque sean unos minutos. Y de igual modo que nuestro cuerpo, cuando estamos enfermos, y éste nos pide descanso, también lo hace nuestra alma que nos dice que nos paremos y miremos en nuestro interior. Por este motivo, con la intención de mostraros la importancia que tiene la meditación, os vamos a explicar un poco en qué consiste y cómo podemos introducirnos en este estado.
Para empezar, la meditación es un arte muy importante que nos induce a una relajación total. Es un gran alivio del estrés que nos produce la vida cotidiana. Y es el momento en que debemos erradicar los pensamientos negativos que tengamos, para mantener una sensación de bienestar, de paz mental. Pero es más importante aún, se trata de un momento tranquilo en el cual nos comunicamos con la Diosa, el Dios y con nosotros mismos. De este modo, podríamos decir que nuestra mente consciente queda relajada y favorece a la participación de nuestra conciencia psíquica.
Una posición favorable para meditar sería estando sentado, puede ser en una silla de respaldo derecho, apoyando la espalda con una almohada, en el caso que sea necesario. La espalda debe estar recta, los ojos cerrados, las manos descansando sobre las rodillas, con las palmas de las manos hacia arriba y los dedos relajados. Es importante, en este momento, sentirse cómodo y relajado, con la columna vertebral derecha y el torso erguido. Entonces, debemos respirar profundamente durante varios minutos. Nos relajaremos. Olvidaremos y visualizaremos la multitud de tensiones y preocupaciones de nuestra vida cotidiana, todas y cada una de ellas, que están saliendo de nuestro cuerpo por medio de nuestra respiración. Y acto seguido, nos relajaremos en la silla.
Debemos disfrutar de la experiencia que supone adentrarnos en nuestro estado mental mágico. En realidad, se trata de que lo pasemos bien con esta experiencia: la magia está ahí para que disfrutemos de ella.
Entonces, abriremos nuestra consciencia. Debemos permitir que nuestra mente consciente esté receptiva y alerta. En este momento nos podremos comunicar con las deidades. También será el momento de visualizar símbolos e introducirnos en otro mundo, un mundo espiritual.
Dejaremos que nuestros pensamientos viajen libremente en nuestra mente e intentaremos pensar en algo placentero. Por ejemplo:”Imaginemos que vamos caminando por un lugar muy hermoso. Los olores, imágenes y sonidos de este lugar son dulces y solo nosotros los conocemos. En este momento, intentaremos comunicarnos con todas las criaturas que podamos encontrar allí; se trata de una comunicación desde lo emocional”.
Para la meditación, nos aseguraremos que la habitación es confortable. Es aconsejable utilizar una luz tenue, si encedemos una vela es perfecto, en este caso, las velas blancas o azules son estupendas para esta ocasión. Además si queremos quemar un poco de incienso también es bueno.
Una vez hayamos estado en este estado, cuando acabemos podríamos registrar en un pequeño diario todos los pensamientos, sensaciones e imágenes que nos han inundado durante esos momentos y nos pueden ayudar a entender aquello que estaba guardado en nuestro interior.
Con todo esto puedes alcanzar un estado mágico para entrar dentro de tu mente, porque la felicidad está en ti, dentro de ti; así que párate un momento y medita, verás que hay mucha magia por descubrir.
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